Durante muchos años los estereotipos asocian a las comunidades indígenas con la pobreza, la ignorancia, falta de disposición y/o capacidad para trabajar, mismos que han reforzado la exclusión y discriminación de estos grupos étnicos.
La discriminación de los pueblos indígenas es un problema grave que afecta sus derechos humanos, su cultura, su identidad y su bienestar. Según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), los pueblos indígenas se enfrentan no solo a la discriminación o exclusión, sino que también sufren racismo, violencia, exclusión económica y/o menos oportunidades de empleo, menor acceso a la educación y falta de servicios básicos.
La población indígena es objeto de múltiples prejuicios y estigmas. Por citar un caso, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017, un tercio de nuestro país (34.1%) cree que la pobreza de las personas indígenas se debe a su cultura (CONAPRED, 2018). Los estereotipos y la ignorancia limitan seriamente las posibilidades de inclusión de este grupo social. Según los datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) muestran que, las personas indígenas se enfrentan con dificultades para incorporarse laboralmente, pues, ocho de cada diez personas en México contratarían a una persona indígena para el trabajo en el hogar o para el sector de la construcción, pero la proporción se reduce a dos de cada tres si se trata de dentistas o abogados (Gutiérrez y Valdés 2015).
Lo anterior sugiere que ciertas desigualdades de trato impiden el pleno goce de derechos, dejándolas como un sector sumamente vulnerable y sí, eso es discriminación. A nivel nacional en 2017, una cuarta parte de la población indígena (25.3%) de 18 años, reporta haber sido discriminada por al menos un motivo en los últimos doce meses. Siendo estas cifras sólo un aproximado, ya que, no todos los casos son documentados ni reportados, por lo que se estima que las cifras sean mayores o superiores a lo calculado.
Según datos de censo de población y vivienda 2020, 7.4 millones de mexicanos de 3 años o más hablan una lengua indígena y alrededor de 23.2 millones (19.4% de la población nacional de 3 años o más) se identifican como “indígenas” (INEGI 2020).
La discriminación a nuestros pueblos indígenas es sumamente indignante y lamentable ya que, estos pueblos indígenas representan para nuestro país una significativa fuente de diversidad cultural, su mera presencia y existencia representa nuestra historia y origen como mexicanos, son un legado que debe preservarse ya por el siempre hecho de ser el origen de la cultura nacional, un símbolo de tradición y conocimiento, consecuentemente combatir y erradicar la exclusión generalizada de nuestros pueblos indígenas en las políticas públicas es una prioridad, pues es necesario reconocer y proteger sus derechos, así como promover el respeto y la valoración de la diversidad cultural y lingüística, sensibilizar a la sociedad sobre el aporte de los pueblos indígenas, y combatir los estereotipos y prejuicios que generan discriminación. 
Es por esa razón que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que cada 9 de Agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, con el objetivo de generar mecanismos e instrumentos que protejan este sector vulnerable reforzando sus derechos individuales y colectivos pero al mismo tiempo resaltar y preservar la diversidad cultural que se ve reflejada en las distintas comunidades nativas en todo el mundo, porque después de todo ¿Qué sería una sociedad sin cultura? ¿Qué sería de México sin los miles de años de tradición que salvaguardan nuestros pueblos indígenas?
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