Las vacunas son uno de los mayores logros de la ciencia médica, salvando millones de vidas desde su invención. Constituyen un pilar fundamental en la protección y prevención de enfermedades, y se han consolidado como una de las herramientas más importantes en la promoción de la salud pública.
Las vacunas contienen partes atenuadas o inactivadas de un organismo específico (antígeno), lo que provoca una respuesta inmunitaria en el cuerpo. Aunque ese fragmento es minúsculo, es suficiente para que nuestro organismo aprenda a desarrollar el anticuerpo específico que lo defenderá en caso de que algún virus o bacteria entre en nuestro sistema.
Al nacer, nuestro cuerpo no cuenta con los elementos necesarios para combatir la amplia variedad de enfermedades y sus variantes presentes en el entorno, lo que nos hace vulnerables. Es en este contexto donde entran las vacunas, que permiten prevenir enfermedades como la neumonía, la meningitis y la sepsis neonatal, las cuales son principales causas de muerte infantil en los países en desarrollo.
Según UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la vacunación ha salvado más de 3 millones de vidas cada año y ha prevenido enfermedades que anteriormente causaban discapacidades permanentes.
Esta es una de las principales razones por las que la mayoría de las vacunas se administran al nacer, durante la infancia y a lo largo del crecimiento de un individuo. Desarrollar memoria inmunológica es fundamental para proporcionar una protección a largo plazo contra diversas enfermedades.
No es ningún secreto que la infancia es un periodo clave para el desarrollo de cualquier ser humano, y esto también incluye el sistema inmunológico. Durante esta etapa, es esencial construir un sistema inmunitario fuerte y capaz de reconocer y combatir diversos patógenos, lo cual se logra mediante la estimulación proporcionada por las vacunas.
Las altas tasas de cobertura de vacunación en la infancia garantizan la inmunidad colectiva y previenen brotes de enfermedades graves. Por ello, la vacunación infantil es un pilar fundamental de la salud pública y una práctica esencial en el cuidado infantil.
“Cuando una gran cantidad de personas en una misma comunidad están vacunadas, se crea una ‘inmunidad colectiva’ que reduce la probabilidad de que esa enfermedad se propague”
(Jonsson, 2024)
Esto es especialmente importante no solo para las personas que no pueden vacunarse, sino también para aquellas que son más susceptibles a las enfermedades contra las que nos vacunamos. La vacunación no solo nos protege a nosotros mismos, sino también a quienes nos rodean.
La vacunación no solo tiene un impacto positivo en la calidad de vida y en la salud pública, sino que también beneficia a la economía. Al prevenir enfermedades, se reducen los costos de atención médica, lo que puede generar ahorros significativos tanto para las familias como para los sistemas de salud. Además, al disminuir la carga en los sistemas de salud, se facilita una mayor inversión en otros aspectos del desarrollo, como la educación.
A pesar de todo lo que se sabe acerca de las vacunas, muchos padres optan por no vacunar a sus hijos debido a una combinación de factores, como el miedo a los efectos secundarios, creencias culturales y religiosas, desinformación, exposición a teorías erróneas o desconfianza en las instituciones médicas, entre otros. Las consecuencias de esta reticencia son significativas: no sólo ponen en riesgo la salud de sus hijos, sino que también afectan la salud pública al aumentar el riesgo de brotes de enfermedades y socavar la inmunidad colectiva.
Es crucial vacunar a los infantes; de lo contrario, corren el riesgo de contraer enfermedades que pueden causar graves daños o incluso la muerte. Además, la falta de vacunación puede llevar al resurgimiento de enfermedades que ya se consideraban erradicadas, como el sarampión, la difteria y la poliomielitis.
Las vacunas son muy seguras, ya que se someten a estrictas pruebas de seguridad, incluyendo ensayos clínicos, antes de su aprobación para el uso público. Solo se distribuyen aquellas que cumplen con los rigurosos requisitos de seguridad y calidad. Las vacunas protegen y salvan vidas, convirtiéndose en una acción clave para la prevención de enfermedades.
Fuentes consultadas
Andrie, E. K., Evanthia Sakellari, Barbouni, A., Tsitsika, A. K., & Areti Lagiou. (2022). Vaccination Coverage during Childhood and Adolescence among Undergraduate Health Science Students in Greece. Children, 9(10), 1553–1553. https://doi.org/10.3390/children9101553
Lo que debes saber sobre las vacunas infantiles. (2017). Unicef.org. https://www.unicef.org/parenting/es/salud/lo-que-debes-saber-sobre-vacunas-infantiles
¿Cómo actúan las vacunas? (2019). Who.int. https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/covid-19-vaccines/how-do-vaccines-work
La importancia de las vacunas en el desarrollo | UNICEF. (2024, April 24). Unicef.es. https://www.unicef.es/blog/vacunacion/importancia-vacunas-en-el-desarrollo Gilkey, M. B., Annie Laurie McRee, & Brewer, N. T. (2013). Forgone vaccination during childhood and adolescence: Findings of a statewide survey of parents. Preventive Medicine, 56(3-4), 202–206. https://doi.org/10.1016/j.ypmed.2012.12.019