Dado que somos individuos únicos e irrepetibles, formados y educados en entornos y condiciones diferentes, resulta utópico imaginarnos en un acuerdo totalitario entre todos los seres humanos.
Los complejos conflictos que nos aquejan se deben muchas veces a la diferencia de ideas y opiniones, y aunque no es malo tener ideas y opiniones diferentes siempre es importante tener una responsabilidad afectiva y expresarnos de manera asertiva siempre tratando con respeto y dignidad a quienes nos rodean, ya que la diversidad de pensamiento también ha sido el motor de la evolución social y el progreso de la humanidad.
“Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
(Juárez,Benito).
Los seres humanos somos tan sociales como sexuales por naturaleza, siendo esta última una parte integral en la vida e identidad de las personas. La identidad es vital en el desarrollo, pues nos proporciona un sentido de pertenencia y nos ayuda a establecer nuestra individualidad en un mundo vasto y diverso en el que es muy fácil perderse o sentirse solo. Entender y encontrar nuestra identidad es importante; nos permite comprender quiénes somos, qué queremos y qué nos hace felices.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) establece que “La diversidad sexual hace referencia a todas las posibilidades que tienen las personas de asumir, expresar y vivir la sexualidad, así como de adoptar expresiones, preferencias u orientaciones, identidades sexuales y de género, distintas en cada cultura y persona”.
Es por ello que el respeto y la dignidad son pilares importantes al momento de encontrarnos con alguien que no comparta nuestros mismos ideales o, en este caso, nuestra misma sexualidad. Se trata de crear relaciones armoniosas y sociedades inclusivas donde comprendemos que la diversidad no se limita a las ideas o al color de piel, sino que es parte de una compleja red sociocultural que abarca muchas variables donde entendemos que el valor de una persona no está determinado por su orientación sexual.
Sin embargo, debido a los prejuicios o diversos factores culturales, religiosos, sociales o educativos, muchas personas con una orientación sexual diversa se encuentran perdidas o les cuesta más trabajo encontrar o aceptar esa identidad, debido al miedo al rechazo o la discriminación que puedan llegar a sufrir. Esto trae consecuencias como problemas de autoestima o trastornos psicológicos que en algunas ocasiones terminan llegando a extremos catastróficos.
A pesar de la información y la continua lucha por la inclusión, los crímenes, la desigualdad y la discriminación por homofobia no han desaparecido; siguen existiendo. Sin embargo, para lograr un cambio es necesario reconocer, empatizar y educar a todos los miembros de nuestra sociedad para entender que todos los cuerpos, todas las sensaciones y todos los deseos tienen derecho a existir y manifestarse, pues nadie ejerce su sexualidad de la misma manera (siempre respetando los límites y derechos de todos).
Educando sobre los derechos sexuales como derechos humanos, se empodera a las nuevas generaciones para que asuman su identidad con libertad, sin temor a ser discriminadas o excluidas por su orientación sexual o identidad de género.
Fuentes consultadas:
Diversidad sexual y derechos humanos. (n.d.). https://appweb.cndh.org.mx/biblioteca/archivos/pdfs/36-Cartilla-Diversidad-sexual-dh.pdf
VIH, del. (2024). La Diversidad Sexual – Discriminación y derechos. Gob.mx. https://www.gob.mx/censida/acciones-y-programas/la-diversidad-sexual-discriminacion-y-derechos Guía de acción pública contra la homofobia, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED). Ciudad de México, 2012. Disponible en: http://www.conapred.org.mx/userfiles/files/GAP-Homofobia-INACCESIBLE.pdf.