En México, la educación ha sido gravemente afectada por la pandemia por Covid-19. El “caminito a la escuela” se ha vuelto lento y el proceso de recuperación de aprendizajes perdidos va a paso de tortuga. A pesar de los esfuerzos de la SEP, no se ha encontrado una estrategia efectiva para enfrentar el rezago escolar que podría extenderse hasta 4 sexenios.
Según un estudio comparativo de la OCDE, México fue la nación que por más tiempo tuvo cerradas las escuelas por causa de la pandemia, con más de 250 días. Esto ha tenido un impacto negativo en la educación de los niños, niñas y adolescentes. Antes de la pandemia, más de 3.5 millones de NNA no asistían a la escuela y 14 de cada 100 NNA no ejercían su derecho a aprender. Durante la pandemia, la caída de la matrícula de educación básica fue de 1 millón 139 mil 571 estudiantes.
A pesar de la gravedad de la situación, no se han implementado acciones efectivas para enfrentar el problema. No hay inversión para la formación continua de maestros y la inversión en educación ha ido a la baja. En los últimos dos años, la SEP ha presentado 4 agendas de trabajo con 188 propuestas de acción, pero sólo el 10% de estas buscan la recuperación de aprendizajes.
Los especialistas han identificado varias razones por las que las estrategias de la SEP han fallado. La educación no es prioritaria para el Gobierno y no cuentan con apoyo político. Las acciones no están alineadas al presupuesto o no cuentan con recursos. Además, no hay datos oficiales sobre la evaluación de aprendizajes y no hay rendición de cuentas.
Esta situación ha tenido un impacto negativo en la salud mental de los niños, niñas y adolescentes. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 3 millones de adolescentes indicaron sentirse tristes y 483 mil adolescentes no pudieron quitarse de encima la tristeza todo el tiempo. A pesar de esto, sólo el 3 de cada 100 NNJ han sido diagnosticados con sintomatología depresiva.
Es importante tomar acción para enfrentar esta situación. La educación debe ser una prioridad para el Gobierno y se deben implementar estrategias efectivas para enfrentar el rezago escolar. Además, se deben brindar recursos y apoyo a los maestros y se deben evaluar los aprendizajes de los niños, niñas y adolescentes. También es importante prestar atención a la salud mental de los NNJ y brindarles la atención y acompañamiento adecuado. Juntos podemos lograr una educación de calidad para todos.